RELATOS DE LOS JUEVES- LAS RELACIONES PATERNO-FILIALES

Encontraréis más historias con este tema en el blog de Gus http://callejamoran.blogspot.com/. Gracias, Gus.

Se oye el teléfono y al segundo timbrazo, Ana había volado desde el otro lado de la habitación para que nadie se le adelantara en atenderlo.

En su vuelo rasante, se llevó por delante la mesita de caoba con su correspondiente jarrón de porcelana Rosenthal, que se hizo añicos contra el suelo.

Al oír el estruendo de la mesa al caer, más el ruido del jarrón al romperse y el timbre del teléfono, su madre, Lucía, había salido de la cocina al salón por la puerta que comunicaba las dos estancias...

-Pero, Ana, hija.... ¿qué pasa?

-Es que te has vuelto loca...Nunca tienes cuidado con nada, mira que te lo he dicho veces, que tengas cuidado, que esto no es un garaje, que no puedes ir corriendo así por la casa, sin mirar, sin fijarte en nada, como un huracán, arrollando todo lo que pillas por delante...

-Espera Juan, que la loca de mi madre está hablándome aquí en la otra oreja, sin ningún miramiento, ni respetando mi intimidad y privacidad, como una cacatúa que no calla ni debajo del agua...volviéndome loca, como siempre...

Una voz solapaba la otra, sin callar, sin escucharse...

Al revés, cada vez hablaban más alto, al darse cuenta una de que la otra no le escuchaba, y... cuando llegó Luis, el cuadro era demoledor.

Madre e hija rojas por el esfuerzo en hablar alto, con las venas del cuello hinchadas por el esfuerzo, con los ojos muy abiertos, una con el auricular del teléfono en la oreja, la otra con el dedo índice señalándole con gesto acusador, los destrozos de la mesa y el jarrón de porcelana roto, encima de la alfombra.

-Levantó todavía más la voz, para que lo oyeran las dos y dijo:

-¡Esto es una casa de locos!!!!!

-Estáis por civilizar las dos, histéricas de mierda, que me tenéis hasta los huevos con vuestras discusiones continuas, vuestros malos modos, vuestra forma de relacionaros y de estar una al acecho de la otra, como buitres carroñeros!!!!

-Cada vez me cuesta más volver a casa de la oficina, pues siempre me encuentro lo mismo. Un día, no volveré ...

Las dos volvieron el rostro hacia él y como sacudidas por un rayo, con los ojos inyectados, saliéndose de las órbitas gritaron:

-Pues ya tardas.....

-Bocazas que eres un bocazas... Muchas amenazas y nada más.

-Seguro que en tu oficina, con el desgraciado de tu jefe, no te pones así de chulito...

-Nooooooo, allí mucha bisagra: Señor, señor, si señor, lo que usted diga, señor...

-Le chupo a usted....

-Niña!!!!! te estás pasando.... es tu padre!!!

-Mi padre, mi padre...

-Estoy hasta las tetas de aguantaros y de todas vuestras chorradas.

-El día menos pensado me voy a vivir con Juan.

-¡No caerá esa breva! Porque si te vas, no creas que vais a venir a comer aquí todos los días y vais a traer la ropa a lavar, no señora... que esto no es una pensión.

-Eso quisiera tú, que viniera todos los días, para seguir comiéndome el coco y seguir queriendo organizarme la vida....que como ya no tienes vida propia, tienes que vivir la de los demás.

-Yo, ¿ vivir tu vida?

-¿Con quién, con ese muerto de hambre de novio que tienes?

-Vete, vete, que en menos de una semana estarás aquí arrastrándote para que te deje volver a casa, pues si tenéis que vivir de lo que ganáis, osea nada, estáis arreglados...

-Antes me iría a vivir bajo un puente, que volver a esta casa y darte ese gusto...

-¡Mira la niña!!!! Yo con tu edad ya tenía dos hijos...

-¡Ya estamos! Con mi edad lo único que habías echo es trabajar de dependienta y procurar cazar un marido que te retirara...

Si, pero yo entregaba todo el sueldo en casa... No como otras, que lo único que hacen es gastar...y no trabajan....y dicen que estudian... que eso está por ver.

-Que a este paso, cuando te licencies ya no podrás ni tener hijos...

-Y mientras, aquí en casa, a la sopa boba...

-Yo a tu edad....

-¡BASTA! ya no me hables más de lo que hacías a mi edad, Inculta que eres una Marujona desde que naciste... y dando un portazo que hizo temblar los cimientos de la casa, se marchó al garaje a por el coche.

Ana, pálida de ira, con las aletas de la nariz abiertas para que entrara suficiente aire a sus pulmones, miró al marido y ...

Estaba en el sillón, con la camisa desabrochada, la corbata desanudada, los puños

arremangados, los zapatos casi fuera de los pies , despeinado, la cabeza caída sobre un hombro...

Tenía los ojos cerrados y de su boca entreabierta, salía despedido con fuerza el aire que producía un silbido fuerte, acompasado...

En la mano, medio caído, un vaso de whiski vacío.

- ¡Vaya familia de mierda!

- Y yo que me casé para huir de casa...

Luna