SOÑAR EN SOLEDAD

-Andrea!!! ven un momento!!!
-Andrea!!!, ven, por favor!!!
-Dime...
-Siéntate aquí y escucha...decía Pedro, mientras le señalaba una silla.
-Y empezaba a tocar la guitarra, y a cantar, con voz suave, que servía de fondo a una música , cadenciosa, que iba in crescendo, llena de arpegios, con un ritmo cada vez más rápido, que hacía que los tendones de la mano y el brazo derecho se tensaran más y más...
Luego cambiaba el ritmo, y un conjunto de disonantes, acompasados, suavizaba la fuerza de la melodía ...
Ella escuchaba con mucha atención. Siempre se sumergía en aquél conjunto de notas, fascinada, embelesada, hasta que no percibía otro sonido aparte...

Notaba como se le erizaba la piel y humedecían los ojos!!!
El comentario, solía ser siempre el mismo:
-Me ha encantado, es precioso, me ha emocionado!!!!
-¿De verdad?
- Si, cariño, tienes mucho talento... ¡Que pena que no te dediques a la música!
- Qué quieres, ¿que me muera de hambre ?
- Pues vaya, yo oigo mucha música y ya quisieran muchos, componer lo que tu compones!!!
Siempre acababan así aquellas sesiones, aquellas "audiciones" domésticas-
Andrea estaba convencida de que su hermano tenía un don especial para la música, era su fan incondicional.

- Su padre siempre había tocado también la guitarra. Pero en un estilo folclórico. Le gustaba la música canaria, tocaba incluso el timple, las jotas navarras, y las sevillanas y fandangos.
Cuando se reunían con amigos a comer, solían terminar las tardes, cantando y tocando la guitarra, ya que en Canarias, Navarra y Andalucía, hay gran tradición y afición a terminar las reuniones, tocando y cantando la música local entre amigos....

Ella también lo miraba embelesada. Siempre le parecía que su papá era el que tocaba y cantaba mejor...

Su otro hermano, el mayor, tamién tocaba la guitarra clásica... y ahora se había aficionado a tocar la bateria. Incluso iba a clases de música. Era mágico...
Porque, todos eran autodidactas... La música era algo accesorio, no su profesión.
Pero en sus profesiones, tambien eran personas muy brillantes...

Vivía rodeada de personas inteligentes y notables en lo que hacían!!!

Los aplausos la sacaron de sus pensamientos...
Caray, no se enteraba de lo que estaba pasando a su alrededor...
Se levantó su amiga Aurora, con las mejillas enrojecidas por la emoción y el pudor y se acercó hasta el tribunal.
¡Segundo premio!
Se lo merecía, escribía muy bien. Había leído todo lo que había escrito y siempre le gustó su estilo, su forma de contar y el intimismo de sus narraciones...
Aplaudía con fuerza, emocionada y cuando llegó a su lado, se fundieron en un abrazo.
Las dos peinaban canas, y habian encontrado en la escritura, aunque tardíamente, la forma de canalizar todo lo que llevaban dentro.

Tristeza, alegría, fantasía, ternura, ensoñación...todo tenía cabida en aquellos relatos.
Y, de repente, oyó su nombre!!!
Primer premio de narrativa corta para Andrea Silvetti.
Aurora la empujaba, mientras le besaba en las mejillas...
Se acercó al tribunal y recogió la orla que acreditaba el premio...
Estaba aturdida, como si viviera un sueño....

De momento, el ruido del despertador la llamó a la realidad.
Abrió la persiana, miró al cielo y se encaminó a la ducha.
Antes de llegar al baño, volvió sobre sus pasos!!!
Se habia dejado el ordenador enchufado...
En la pantalla, un cuento inacabado.
Guardó lo escrito como borrador....ya lo terminaría.
Se metió en la ducha.
Empezaba un nuevo dia, como otro cualquiera.
Un dia, como otro cualquiera...
Una buena frase! sonrió mientras notaba el agua resbalar por su cuerpo, llevándose sus sueños. Poco a poco, entraba en la realidad.