VÉRTIGO

Estamos viviendo tiempos difíciles. No estoy desvelando nada, por supuesto.
Empresas que cierran, que hacen ajustes, y como consecuencia, mucha gente, muchas familias sin trabajo.

Estamos en crisis.

CRISIS (del latín crisis, a su vez del griego κρίσις) es una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución; especialmente, la crisis de una estructura. Los cambios críticos, aunque previsibles, tienen siempre algún grado de incertidumbre en cuanto a su reversibilidad o grado de profundidad, pues si no serían meras reacciones automáticas como las físico-químicas. Si los cambios son profundos, súbitos y violentos, y sobre todo traen consecuencias trascendentales, van más allá de una crisis y se pueden denominar revolución.

Las crisis pueden ocurrir a un nivel personal o social. Pueden designar un cambio traumático en la vida o salud de una persona o una situación social inestable y peligrosa en lo político, económico, militar, etc. También puede ser la definición de un hecho medioambiental de gran escala, especialmente los que implican un cambio abrupto. De una manera menos propia, se refieren con el nombre de crisis las emergencias o las épocas de dificultades.)
(definición por Wikipedia)


Bueno, pues sí estamos asistiendo a un cambio traumático en la economía, en la política, en el medioambiente, en todo.

Eso también implica un cambio en nuestra forma de vivir.
La falta de trabajo, la necesidad de lo básico, implica aumento de violencia, de extremismos, de xenofobia, de falta de fe, de cuestionarselo todo...
Sobretodo porque lo estamos viviendo a nivel mundial. ¿Dónde ir?

Bueno, pues yo, empezaría por ir dentro, muy adentro de nosotros mismos.
Que puedo hacer yo, para cambiar lo que pueda de este desastre?
Pues lo primero, valorar mucho más lo que tengo.
No desperdiciar nada.

Nada material, como comprar compulsivamente cosas que no me hacen falta, ni me hacen feliz.
No comer todos los días como si fuera Navidad, porque cuando llegue Navidad, no será Navidad.
No vestir siempre como una modelo, porque no lo soy, ni me hace feliz.
No comprarme un coche, para ser el más rápido, porque las carreteras no son circuitos de carreras.
Esta conducta además, es uno de los pilares que ha provocado la crisis.
Todos viviendo muy por encima de nuestras posibilidades.
Todos somos ricos...

No desperdiciar nada espiritual.
No permitir que mis pensamientos se contaminen de negatividad y no me permitan ver con objetividad.
Replantearme "el día después" y que empiece hoy.
No filosofar de forma negativa, en abstracto.
Concretar, analizar y poner los medios para los cambios.
Sentir cada cambio como algo necesario que va a redundar en beneficio, no como una tragedia.

Ayudar. Ayudar y ayudar, y volver a ayudar.
De pensamiento, palabra y obra.
Y sobretodo, no hacer trampas. Son como un boomerang.
Rememos en la misma dirección.