EL ENCUENTRO

Entró al baño y se miró al espejo. Pero huía de mirarse a los ojos.
Era aún joven, aunque la piel estaba perdiendo ese brillo natural, esa lozanía que dá la juventud.
Se mesó los cabellos mientras esperaba que saliera agua caliente de la ducha. Se frotó enérgicamente, como queriendo desprenderse de algo adherido a la piel.
Salió de la ducha, y, envuelta en el albornoz, ayudó a sus hijos a ponerse las mochilas para ir a la parada del autobús, que los llevaría al colegio.
Un beso cariñoso a cada uno y un ¡hasta luego!, como cada día.

Tomó el café caliente que se había preparado, pero desdeñó la tostada.

En eso, también salió el marido, arreglado, con su maletín, mirando el reloj. Tomó de un sorbo el café que estaba en el otra taza, y con un beso distraído, como cada día, también se despidió deseándole un buen día.

Un buen día!!!
Sonrió desdeñosa y se dirigió nuevamente al baño.
Un buen día...Será otro dia más, igual, como otro cualquiera!!!
Se secó el pelo con el secador y los dedos, ahuecándolo, de forma que la melena le cayó natural, ondulada sobre los hombros.

Se miró, se puso un poco de crema hidratante, y sacó unos vaqueros y una camiseta, como todos los días, para vestirse y empezar las tareas diarias.
Hacer las camas, pasar la aspiradora, poner la lavadora, la secadora, preparar la comida...

Estaba vistiéndose, cuando sonó el teléfono "Hola, cariño, que no voy a comer a casa. Lo haré con unos clientes..."
Colgó el teléfono, y quedó mirándose, con los vaqueros y la camiseta...

Volvió a entrar en el baño. Se dió unos toques de maquillaje, un poco de colorete, sombreó sus párpados y se aplicó rímel.
Se quitó la ropa que llevaba y se puso unos vaqueros pitillos, una camiseta ajustada, y una americana sport.
Se ahuecó el pelo, se puso un fullard de colores y se perfumó. Un toque de carmin, y el espejo le devolvió una imagen que le gustó, incluso le sonrió complacida.

Salió del portal con paso vigoroso, y el sol de la mañana le dio en pleno rostro. Sacó unas grandes gafas de sol del bolso, que sabía le favorecían y se las puso.

Entró en una cafetería de moda, se sentó en la barra y pidió un zumo de naranja y un café fuerte.
Sacó un pitillo y buscó el encendedor. Pero una mano masculina le acercaba fuego.
Encendió el cigarrillo, mientras buscaba el rostro de él.

Sonrieron los dos.
-¡Hola!¿Te acuerdas de mi?
-Vagamente....pero sé que te conozco,
-Si, estuvimos juntos en la Universidad.
-Politécnico de Valencia, Telecomunicaciones, hace unos 15 años...
-Si, ya me acuerdo.
-Pero no acabaste...
-No, hubieron problemas en casa y lo tuve que dejar.
-Si una verdadera pena, eras muy buena!!!!
-Eso se lo dirás a todas... jajajajaja...
-No, de eso nada, sabes que soy tímido.
-¿Que es de tu vida?
-Bueno, pues me he casado y tengo dos niños. ¿Y tú?
-Yo también, ya sabes, acabé la carrera, hice un máster y me puse a trabajar...Luego también me casé y tengo dos niños.
-¿Eres feliz?
-¿Y tú?
-Si, pero podría ser mejor...
-A mi me pasa lo mismo...se apaga el fuego...
-¿Damos un paseo? Hace una mañana maravillosa.
-Bien...
Empezaron a caminar en silencio, uno al lado del otro.
Con el movimiento natural de los brazos al andar, a veces las manos se tocaban.
Él le cogió la mano y se la apretó.
Ella no dijo nada, ni lo miró, pero le correspondió.

Llegaron a un edificio grande, de hall suntuoso, entraron, buscaron con los ojos el ascensor y sin mirarse, entraron en él.
Empezaron a besarse de una forma loca, jadeando, como si en ello les fuera la vida.
Entonces, él apretó la señal de stop e inmovilizó el ascensor.

Las manos de los dos recorrían cada centímetro del otro, mientras que los labios, ávidos, recorrían también el cuello, las mejillas y volvían a encontrarse...
Hicieron el amor, locos, desenfrenados, hasta que jadeantes,se separaron, y sin dejar de besarse, se vistieron y se compusieron un poco.
Volvió a dar al botón y el ascensor se puso en marcha.
Salieron, y se separaron, sin decirse nada.

Ella volvió a casa. Las mejillas arreboladas, todavía sentía aquel fuego palpitando por todo el cuerpo.
Sonrió complacida...
Sonó el teléfono móvil.
-Cariño?
-Si?
-Oye, que si voy a comer a casa. No como con los clientes.
-De acuerdo, hasta luego...

Llegó a casa, se quitó el maquillaje, se puso los vaqueros y la camiseta y preparó una ensalada, agregando todo lo que encontraba en el frigorífico...sin prestar atención.
Oyó el ruido de las llaves, esperó.
Él entró en la cocina, le dió un beso, como siempre...
-Que tal la mañana?
-Bien, he salido.
-Y que has hecho?
-He tomado un café y me he encontrado a un antiguo amigo...
-¿Si?
-Y ¿qué dice tu amigo?
-Decir...decir... no ha dicho mucho,
-¿Entonces?
Se acercó a él, y empezó a aflojarle el nudo de la corbata, a besarle...
Él le correspondía, y después de intensas caricias y besos , acabaron haciendo el amor, allí mismo en la cocina,como si acabaran de conocerse...
-Entonces...¿no habéis hablado?...
-No...
-Y...¿ mañana nos volveremos a encontrar en la misma cafetería?
-Si quieres... porque ha sido... estupendo!!!
-Si...genial... y ahora también...
-También....

Luna