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Os conté en el post anterior, un "regalo" que me hizo mi hijo mayor, llevándome a ver la tumba de Kennedy, en el Cementerio de Arlington, en Washington.
Hoy, os contaré un regalo que me hizo mi hijo pequeño y que también me emocionó mucho.
No por el qué, sino por cómo.
Vivíamos en Palma de Mallorca, Mi hijo tendría unos 9 años.Ahora tiene 34
Por supuesto, en esa época no había móviles.
Seguramente, a lo largo de la mañana, me ausenté para hacer la compra, o lo que fuera.
De vuelta en casa, estando en la cocina, oigo abrirse y cerrar la puerta de la calle, y me extrañó pues no era la hora todavía de que mi marido acudiera a comer.
Me di la vuelta y vi a mi marido en el dintel de la puerta.
-Hola, ¿que pasa que vienes tan pronto?
-Nada, no pasa nada.
-Me han llamado del colegio, pues por lo visto no estabas en casa, y me han dicho que el chico pequeño había tenido un problemilla....
- ¿Un problema?
Enseguida se asoma mi hijo, sonriendo, pero con una pierna escayolada.
-No te asustes, mami, que no pasa nada....
Me asusté mucho, porque me puse muy nerviosa, hasta tal punto que me eché a llorar.
No sé si por lo inesperado, porque me sentí culpable, de que me hubiera necesitado y no estaba en casa... El caso es que me sentí fatal. Al verlo con la pierna escayolada hasta la rodilla y con muletas, me sobresalté más de lo necesario.
Se había subido a una escalera, y quería bajar de una forma, digamos "inapropiada" y se cayó-
Nada, grave, y nada fuera de lo habitual en un niño de su edad.
Hizo vida normal, lo acompañaba a la parada del autobús, lo recogía y como comía en el colegio, tampoco fué muy complicado.
Llegó el dia de la madre-
El dia anterior, después de llegar del colegio, me dijo que se iba un ratito a casa de un amiguito, al lado de casa.
Al cabo de un buen rato, cuando ya empezaba a impacientarme, llamaron a la puerta. Abri, y lo vi, allí parado, sudando, con las mejillas arreboladas y el pelo mojado, pegado a la frente.
Pero, ¿de dónde vienes?
Alargó la mano, y me dijo: Feliz dia de la madre, mami.
El paquete, era de un sitio que conocía bien. Arrizabalaga.
Allí solía comprarme cositas de decoración para la casa...
-Pero, ¿has ido tu solo con las muletas?
La respuesta era obvia, por el aspecto físico, cansado y sudado del niño...
Una gran sonrisa, me animaba a que abriera el paquete.
Era un caracol de cristal de Swarovski.
Mamá, es que sabía que te gustan mucho esas figuras de cristal...
-Pero hijo, esto te habrá costado muchísimo dinero!!!!
Y con las muletas, hasta allí!!!!
-No importa, es para ti.
Le dí un abrazo muy grande y me emocioné mucho.
Todavía sigo teniendo esa figurita, que tiene mucho mérito, con la cantidad de traslados que lleva....
Después de muchos años, no hace mucho, el dia de la madre, mi hijo y su esposa, me dan un paquetito, y me dicen:
Es que ha aumentado la familia.
No sabía de qué iba.
Abrí el paquete, nerviosa y......
Era la figurita que veis arriba.
Dos caracoles pequeñitos encima de una hoja!!!
Nos abrazamos riéndonos, Los dos nos acordábamos perfectamente de aquel regalo que tanto esfuerzo le costó-
Y es que los hijos, son maravillosos.
Gracias hijos.