Estaba muy contenta.
No lo diría jamás, pues seguramente la tacharían de avara, despiadada, materialista, inhumana...
Pero, estaba contenta.
Por fin su suegra terminaba sus días en esta vida.
Ya no soportaba más vivir con su marido, soportar caricias, su mirada lasciva...era simplemente asqueroso...
Hijo único de una viuda muy, muy rica y bastante mayor.
Urdió bien la trama y la llevó a cabo.
El hijo, ahora su marido, distaba mucho en ser un "soltero de oro". Su aspecto, su poca gracia, su nula inteligencia, su torpeza y sus mermadas condiciones físicas, lo convertíeron solamente en un futurible marido rico...
No podía dejar pasar esa oportunidad, aunque cada vez que se acercaba, se le revolvían las tripas. Pero había que esperar...valía la pena.
Por fin llegó el día tan esperado.
Habían avisado, una ambulancia llevaba a la anciana a una clínica , algo de un infarto cerebral...un ictus...
Habían avisado, una ambulancia llevaba a la anciana a una clínica , algo de un infarto cerebral...un ictus...
Era muy mayor, no sobreviviría.
Una sonrisa triunfal se dibujó en su rostro.
Estaba en la U.C.I.
Pasó a verla.
Era estremecedor ver aquellos ojos muy abiertos, la parte derecha del rostro paralizada, la boca torcida por donde fluía un hilo de baba, los dedos de las manos agarrotados, recordaban las garras de una ave rapaz...
Unos sonidos guturales que aumentaban conforme ella se acercaba, como queriendo decir algo...daban a su semblante un aspecto grotesco.
Miró al médico con ojos inquisitorios:
El médico movió la cabeza de un lado a otro, indicando que no había esperanzas...
Se acercó a su suegra, y muy bajito, pero escupiendo las palabras le dijo:
-Vas a morir, maldita bruja y yo me quedaré con todo tu dinero...
-Y no te preocupes por tu hijo...yo lo cuidaré...jajajaja
-Y a tus joyas, tu casa, tu...todo.
En ese momento, volvió a entrar el médico, que las había dejado solas, en la intimidad, y mirando a la mujer joven, le dijo:
Lo siento, hicimos todo lo que pudimos...
Apagó la máquina a la que estaba conectada y llamó a una enfermera para que cubriera el cuerpo.
Certificó la hora de la muerte.
La enfermera le dijo:
-Por favor, señora retírese un momento que tenemos que arreglar el cadáver.
La mujer contestó:
No, por favor, déjeme estar un ratito con ella, la quería tanto...
La enfermera asintió.
-Un ratito nada más, por favor, luego ya podrá estar con ella en el tanatorio y velarla.-
Nada más se hubo cerrado la puerta, la despojó de la sábana que la cubría, como violando la dignidad del cadáver, y le dijo con tono despótico:
-Mira, bruja, ahora todo me pertenece...Se dirigió al armario y vació el bolso de la difunta de todo contenido provechoso.
Igualmente, abrió la pequeña caja fuerte del armario y retiró todas las joyas que llevaba el día del ingreso hospitalario.
-Adiós!!!!!!!!
-Ojalá te pudras en el infierno.
Se volvió, y al punto de poner la mano en el pomo de la puerta para salir, notó como unas garras se apoderaban de su cuello, desde atrás, clavándole las uñas hasta provocarle un dolor insoportable unido a la falta de aire que hacía que su piel se amoratara por momentos.
Sus piernas empezaron a flaquear y se encontró pronto en suelo, retorciéndose, presa de esas manos que no cesaban de apretar su garganta más y más... La sangre que brotaba de las heridas provocadas por las uñas, era como un caldo viscoso y caliente que bajaba desde la garganta por la espalda y el escote...
Alzó la mirada y se encontró con la cara de su suegra a pocos centímetros de la de ella, con una mueca por sonrisa, los ojos inyectados en sangre y el aliento caliente, que le quemaba la piel, mientras escuchaba:
-Zorra, zorra, no te saldrás con la tuya...
Entró la enfermera y encendió la luz del techo, para poder ver mejor. Entre unas cosas y otras, se había retrasado, ya casi estaba anocheciendo.
Bueno, era igual, la paciente no se iba a marchar a ningún sitio...pobre mujer.
¿Quién era esa persona que estaba de pie al lado de la cama?
No debería entrar nadie, ella misma había dado la orden, iba a arreglar a la difunta...esa enfermera novata seguro que...
-Pero, señora, como es que está aquí ...debería estar en...pero...si es... pero si yo misma...
-Sus ojos, su cara, su boca...están perfectos, como si no hubiera tenido la apoplejía...
-Debería estar en la... un grito desgarrador cruzó la habitacióny se coló por las ventanas, por el pasillo...
Miró horrorizada la cama.
En la cama había un cuerpo de mujer joven.
Sus facciones denotaban terror.
Los ojos muy abiertos, aunque carentes de vida, mirando para atrás, la boca abierta, la piel amoratada, y en el cuello, unos surcos profundos, como desgarrados por un fiero animal, por los que había brotado abundante sangre que por el tiempo pasado ya empezaba a adquirir una textura viscosa y un color negruzco...
La mujer que estaba de pie, sacó una barra de carmín de una cartera, se retocó el perfil de los labios, se atusó el pelo y echó hacia atrás, con un gesto coqueto, un fular que por unos segundos voló, antes de depositarse en su hombro.
Con paso firme, digno y elegante salió de la habitación murmurando:
-¡Desgraciada!!!!!
Más historia "de miedo" en el blog de:
http://teresacameselle.blogspot.com/
Gracias por el esfuerzo, Teresa.